"Le miraba, risueña.La luz superficial de aquella enorme pantalla solo hacían que apreciara mejor la suerte que tenia de encontrarme allí,en ese momento, con él.
Se acerco a mi, se me pausó la respiración.
Un beso, quien podría ser capaz de pausar mi respiración y erizarme la piel con algo tan simple como un beso?
Solo alguien podía..."
" No importaba lo que acontecía a mi alrededor, mis ojos no podían dejar de mirarle.La sonrisa que invadía mi rostro también era inevitable.
- Vaya suerte la mía. - Pensaba mientras observaba cada movimiento."
" Me duelen las mejillas de tanto sonreír - Pensaba.
Cada palabra que sus labios abandonaba y a mi oído llegaba, era un trémulo más en mi cuerpo, silencioso y bien camuflado, pero a su vez, indomable.
No sabía que contestar, tenía tanto que decir,tanto que expresar... Pero tenía un nudo en la garganta que me impedía reaccionar como debía. "
De niñas todas soñamos con el hombre perfecto que nos lleve al altar.El hombre que nos haga sonreír día a día.El que nos cuide y nos quiera y por el cual estemos dispuestas a darlo todo.
Con el que nos sintamos completamente seguras y amparadas.Con el que queramos vivirlo y sentirlo todo.Con el que una mirada se convierta en un mundo.
Pues bien, quizás ella no sea el prototipo de chica que viste un suntuoso vestido para casarse en una gran iglesia,repleta de cientos de personas, pero también soñó con su hombre perfecto.
La diferencia?
Que ella, ya lo ha encontrado.
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