Las estrellas parpadean y las constelaciones que mi mente inventa toman parte en el momento de reflexión.
Nada se escucha a mi alrededor, solo el sonido de la brisa en mi oído y del minucioso abaneo de las hojas.
Respiro lentamente.
Cierro los ojos.
Y sueño.
Nada como soñar para deshacerse del mundo, de los problemas, o de mi misma.
No tengo los típicos sueños de volar sobre las nueves, ni me tiro desde un vigésimo piso hacia el vacío y ni mucho menos, me imagino en una playa paradisíaca; me imagino en esa misma postura, en ese mismo lugar, pero para hacerlo perfecto, me falta algo, me faltas tu.
Solo soñamos unos minutos, pero bastan para disfrutar de tu compañía sin hora de llegada, sin tonterías ni enfados.Solos tu y yo, juntos.Sobran las palabras.
Una caricia tímida, un beso suave y unas sonrisas contagiosas lo pueden todo.Un simple te amo bajo el cielo estrellado y unas miradas fijas y ya nada podía conseguir que me moviese de aquel lugar.
Las arenas al viento crean figuras en el aire.
El tiempo crea fisuras en el mundo.
El deseo crea marcas en el cuerpo.
El mar crea ondas a lo lejos.
Los naufragios crean historias trágicas o heroicas.
Un beso queda siempre en la mente.
El amor crea huellas en el corazón.
Crearé por ti esa historia, crearé lo nunca escrito ni redactado, escuchado o hablado, haré por ti todo y lo innombrado.Sólo pídemelo, ven, quiero escuchar tu voz, ven dímelo al oído.
Ven y quédate conmigo. Abrázame fuerte.Acaríciame con dulzura. Háblame con ternura. Bésame suavemente. Y quiéreme eternamente.Hoy y para siempre.
Que se calle el mundo un momento y gritaré lo que siento frente al silencio.
Te amo.
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